Vida y muerte de Dallane
Dallane, una fabulosa mística y conjuradora de sueños, adentrada en un mundo de oscuridad y temor, encontró el final de sus días tras una terrible visión. Un hombre extraño y corpulento, le tendió su mano adentrándola hacia otro mundo, amargo y pasional. Fuertemente a ella se aferró, con un suspiro de otro tiempo. Sin sollozo alguno, ni gran emoción de pensamiento. No podía ver su rostro, ni sentir su corazón. La sangre paraba su recorrido y escapaba de ella por un rincón.
Un escalofrío comenzó a recorrer su cuello hasta su corazón muerto, en ese mismo instante vio lo que nunca imaginaria. Sucesión de imágenes de toda su vida, le aturdían sin espacio al respiro.
Él la abrazó con fuerza. Dallane suspirço tras un gemido, los cabellos de aquel ser rozaban su pálida cara. Tras ver su sonrisa lasciva, frunció el ceño, sus ojos rojos como el fuego brillaban. Agitada y embravecida, puso las manos en su pecho, y enérgicamente le gritó que la dejara.
Era demasiado tarde, ya que sus ojos no sabían lo que miraban. Giró su cabeza, todo se tornó oscuro al reflejo de la luna llena, de relente sangriento y mirada serena. Saltó por la ventana, las gotas de rocío su cara mojaban. Mientras el cielo clareaba y la bella se escondía, sueño no tenía, despierta se quedaba. Rápidamente cerró a cal y canto su cuarto, mientras un perfume extraño y dulce sentía, se llenço de llanto.
Aquel ser nocturno la abandonó de inmediato, y los aullidos de los lobos al amanecer, consiguieron que sus oídos de odio chirriaran. Desde aquel mismo instante deseó que la devorasen. Sedienta de sed y muerta de hambre, buscó algo con lo que saciarse, sin solución alguna a tal deseo.
Comenzó a odiar a aquel ser con forma humana que la había matado en vida, y se enamoró de la tierna luna. Secó su llanto, abrió su cuarto y se metió en la ducha.
Oía risas escondidas en el baño, seres diminutos se reían. Abrió sus venas con rabia, con el fin de dar por acabado su tormento. Allí murió de nuevo, poniendo fin a sus días de sufrimiento, de aquella noche que terminaba, y que el sol abrasaba al amanecer de un día nuevo.
FIN
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