Víctimas voluntarias
Nunca le había gustado el bar de góticos, porque la emoción de la caza desaparecía con esos jovencitos que querían más que nada en el mundo ser mordidos y, con suerte, transformados. No obstante, por compromiso, de vez en cuando tenía que dejarse ver entre ellos. Además, siempre venía bien tener un sitio de esos en la reserva, para emergencias.
Con el fin de mantener la ilusión de que podían llegar a ser vampiros si llamaban su atención, sólo tenía que hacer que sus verdaderos elegidos acudieran allí de cuando en cuando y fingir fijarse en ellos por primera vez cuando llegara el momento de transformarles. Mientras siguieran creyendo la farsa, tendrían a un centenar de víctimas voluntarias.
Pero esa noche fue especial, porque realmente una de esas víctimas destacaba entre las demás. Era nueva, pero se notaba que estaba cómoda en ese ambiente. Se fijó en ella nada más entrar y fue directo a hablarla, lleno de deseo. Le siguió encantada hasta el callejón oscuro donde solían alimentarse de esos incautos. No obstante, ella no iba a ser su comida. Por primera vez en seiscientos años, una víctima voluntaria sería ascendida a cazadora.
Saludos
ResponderEliminarEs una historia de miedo?
¿es continuada?
Me pasaré de vez en cuando
Saludos!
PD: Me uní ¿te unes al mío?
http://lobodelasnieves.blogspot.com/