Acabáis de entrar en Villa Vampiro, un lugar oscuro y peligroso, donde podréis descargaros películas y series vampíricas.

Dejáros sumergir en este mundo sangriento, dónde hayaréis una gran variedad de imágenes de estos seres tan intrigantes, que no os dejarán indiferentes.

Deleitáros también con los espectaculares relatos basados principalmente en estos seres, que aquí encontraréis. No podéis perder la oportunidad de hincarles el diente a estas historias que os producirá un sublime escalofrío.

Llevad cuidado en estas tierras malditas y evitar caminar por aqui cuando la noche haya caido y un manto oscuro cubra el cielo, por que os podréis encontrar con un abanico de blogs vampíricos que os pueden engatusar.

En definitiva, os aviso que, una vez que entréis en este blog nacido de las tinieblas donde la sangre es un rico manjar, acabaréis enganchados al mismo y todos los días sentiréis la necesidad de venir nuevamente por estos lares para dejaros seducir por l@s vampir@s que aquí habitan... ¿Te atreverás a conocerl@s?, si es así, adelante... "Villa Vampiro" os invita a que profanéis sus tierras... ¡Sean Bienvenidos!

P.D: Queridos Colmilleros, si conocéis de algún otro blog vampirico, alguna otra película o serie que no aparezca en VILLA VAMPIRO, o cualquier otra cosa relacionado con estos seres y que creáis que debería aparecer aquí, hacer el favor de decírmelo. Gracias
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miércoles, 16 de noviembre de 2011

RELATOS VAMPÍRICOS XIX

HADA FITIPALDI:           http://besosvoraces.blogspot.com/


"NOCHE DE CAZA"


La mandíbula le temblaba visiblemente. Podía paladear el miedo en la boca, seca y muy amarga. Se mantenía inmóvil para que aquél depredador no la encontrara, ayudada por el terror paralizante que sentía.

Aquel ser era un animal, estaba en plena caza, y la presa era ella. Una presa dulce como la miel, y que aquella noche saciaría a Rivanok por completo. Laura se escondía en el hueco lateral entre la pared y un enorme armario de madera. Se encontraba en una casa muy antigua, el aire estaba viciado y lleno de polvo.

Se obligó a no respirar profundamente, porque seguramente llegaría a estornudar. Aquel caserón era lo primero que había encontrado cuando detectó la presencia de aquel ser en la calle. Por algún extraño motivo, Laura era capaz de sentir la naturaleza de las personas. Con solo estar cerca de ellas, podía determinar cual era la emoción que las impulsaba en cada momento. Y en aquel ser lo había captado claramente, lo movía el deseo. Pero no un deseo puro y limpio, uno descarnado y tan potente como nunca antes había sentido ninguna otra emoción.

- Pequeña sé que estás aquí- Rivanok inhaló fuertemente el aire-, puedo oler tu miedo… y tu dulce sangre.

Laura dejó de respirar, sintió como su mente se iba llenando de bruma. No podía desmayarse, se dio un fuerte pellizco en el brazo para mantenerse consciente. Deseó fervientemente morir en ese momento, antes que seguir agonizando con aquella espera, que seguro también le conduciría a la muerte. Se movió un poco intentando calcular lo que tardaría en alcanzar la puerta que tenía en frente, que conducía a un jardín. El ser no había llegado aún a la habitación, así que decidió arriesgarse. Inhaló con fuerza y salió a la carrera hacia la cristalera que le llevaría a su libertad. Cogió el tirador de la puerta que conducía al jardín y tiró de él. La puerta cedió y se abrió en su dirección, una sonrisa empezó a abrirse paso en los labios de Laura. Pero de pronto, una mano fuerte y grande, se estampó por encima de las suyas en la puerta y la cerró de golpe. Esa misma mano, la cogió con rapidez y sorprendente delicadeza de ambas muñecas, haciendo a Laura girarse y ponerse cara a cara con su perseguidor. Le dejó los brazos por encima de la cabeza, y acercó su cuerpo a centímetros del de la chica. Laura levantó la rodilla con todas las fuerzas que pudo reunir, clavándosela en los genitales a su futuro asesino. Rivanok soltó un suspiró de indignación pero no soltó a su presa.

- Niñata consentida…- la miró con lascivia, pensó que aquella chica era realmente preciosa- , ¿es que ahora no os enseñan a presentaros a los desconocidos?

Rivanok cogió a Laura fuertemente de la mandíbula y posó sus gruesos labios sobre los de ella. Los presionó ligeramente, soportando el rechazo de la chica, y con sus afilados incisivos le mordió el labio inferior suavemente. Se separó de ella, y mirándola a los ojos, le lamió muy despacio la gota de sangre resultante del pequeño roce de sus colmillos. Laura no podía apartar la mirada de esos ojos negros como una noche sin estrellas, penetrantes, mientras chupaba descarado su sangre. Sin duda era un vampiro, nunca había estado frente a uno, pero la habían formado para detectarlos. Aquel hombre, de mirada oscura y misteriosa, con ese halo de poderoso deseo a su alrededor, y un cuerpo duro y escultural no podía ser otras cosa.

Rivanok la miró durante unos segundos, y sin liberar sus muñecas, posó su mano libre en el muslo de Laura.

Comenzó a ascender muy lentamente, estimulando cada terminación nerviosa, hasta llegar a su nalga. Con su amplia mano, la abarcó por completo y presionó con fuerza. Laura gimió frustrada, odiaba la dilación de aquel momento angustioso, pero a su vez, no podía obviar aquella poderosa caricia.

Rivanok volvió a acercar su boca a los labios de Laura, esta vez para lamer con la punta de la lengua primero el inferior y después el superior. Laura dejó entreabiertos los labios de manera inconsciente, y el vampiro aprovechó para introducir la lengua en el interior de su boca, buscando la de su presa con anhelo.

Cuando la encontró, la acarició y succionó, y una vez saciado, se despegó de su boca y fue acariciando con los labios la piel de Laura, desde la mandíbula hasta el hueco de su cuello. El cuerpo de la chica se tornó más flojo, más caliente, estaba cayendo bajo el influjo del depredador, ¿cuándo acabaría esa dulce tortura?

Supo que sus súplicas habían sido atendidas, cuando la sujeción del vampiro se debilitó. Rivanok se la quedó mirando durante unos segundos, con un destello de sorpresa y orgullo en su mirada, esa pequeña delicia había conseguido engañarle. Acto seguido se desplomó ante Laura, con una flecha de madera clavada en su espalda.

- ¿Estás bien, Laura?- Aitor se dirigió hacia ella corriendo, con un gesto de preocupación en su rostro- ¿te ha llegado a morder?.

- No…, creo que estoy bien- Laura estaba desconcertada-. ¿Lo has matado?.

- No, ojalá pudiera, pero lo necesitamos vivo para que cante donde están los demás de su clan- Aitor seguía dando vueltas alrededor de Laura, y tocando su cuerpo, para comprobar que no estuviera herida-. Ha estado muy cerca, siento haberte dejado sola.

- No te preocupes, creo que no me quería matar.

- ¿De qué hablas?- susurró Aitor con tono furibundo- Ya sabes que los vampiros son unos salvajes, unos sucios bastardos que nos dedicamos a aniquilar.

- Lo sé, pero me imaginaba algo más fiero- se notaba la inseguridad en la voz de la chica- . Hay mucho de humano en ellos.

- Mira, es normal que estés aturdida- cortó Aitor tajante. Su tono era frío, el de un cazador de vampiros con años de experiencia-, pero yo los conozco bien, y tú estarías muerta si no llego a venir. No les busques el lado bueno, no lo tienen.

Y con esas palabras, Aitor cargó a Rivanok al hombro, y salió de aquella lúgubre mansión. Laura lo siguió hasta la furgoneta en la que habían venido, aquella misma que la recogió hacia ya cinco años. En aquella ocasión ella tenía doce años, y sus padres le descubrieron que ella pertenecía a un linaje ancestral de cazadores de vampiros, y que tendría que formarse para luchar contra ellos. Aquella había sido su primera noche de caza, y había conseguido atrapar a uno. Todos en la academia de cazadores estarían impresionados, pero ella no se sentía bien, ¿por qué? Miró de reojo el cuerpo de Rivanok mientras lo metían en la furgoneta, y recordó al fijarse en sus manos, la forma que había tenido de acariciarla. Se forzó en no pensar en ello, aquel ser era un asesino. Pero también era cierto que Aitor no lo era menos, bajo sus manos habían muerto cientos de vampiros, ¿estaría justificada aquella caza indiscriminada, o habría algún misterio detrás de la misma?.

Se acomodó en el asiento del copiloto, mientras Aitor ponía en marcha la furgoneta. El cuerpo del vampiro traqueteaba dando bandazos en la parte trasera de la misma. Al día siguiente llevarían a cabo su interrogatorio, y si era posible, ella se encargaría de realizarlo. Laura Boniet no era una chica que se amilanara ante nada, y le gustaba la verdad. Lucharía por ella, pensó, mientras miraba el cuerpo del vampiro, por la rejilla que lo separaba de él, con curiosidad. Su primera noche de caza había sido un éxito, pero no podía ignorar la sensación de que una llama había empezado a arder en su interior, muy sutilmente, pero podía sentir sus cosquillas.
 
 
FIN

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